A la mayoría de personas les gustan los abrazos, pero ahora hay razones científicas para darlos y recibirlos cada día.
Un estudio científico ha revelado que dar o recibir un abrazo al día afecta de forma positiva no solo al estado emocional de las personas, sino también a los conflictos personales. Y los efectos persisten al día siguiente.
La investigación la ha llevado a cabo el Departamento de Psicología de la Universidad Carnegie Mellon (Pittsburgh, EE UU), que ha analizado las interacciones sociales de más de 400 personas durante dos semanas: sus actividades diarias, estados de ánimo e interacciones físicas.
«Este hallazgo concuerda con múltiples líneas de evidencia que demuestran la capacidad de los comportamientos táctiles dentro de relaciones cercanas para reducir las percepciones de amenaza y aumentar los sentimientos de seguridad y bienestar», declaró al HealthDay el autor del estudio, Michael Murphy.
“Nuestro estudio sugiere que los abrazos [cuando las dos personas están de acuerdo] podrían ser una forma simple, pero efectiva, de brindar apoyo a mujeres y hombres que sufren conflictos en su relación”, agregó Murphy.
Si bien la mayoría de las investigaciones anteriores se habían centrado en el papel del tacto en las relaciones amorosas, Murphy y su equipo han focalizado su estudio en los abrazos consentidos por las dos personas, pero no por sexo.
Un estudio de Carnegie Mellon de 2015 encontró que los que recibían más abrazos tenían un riesgo más bajo de contraer resfriados tras ser expuestos al virus, señaló el investigador a HealthDay.
Hay otros efectos físicos de los abrazos documentados, según Harris Stratyner, profesor de psiquiatría en el Centro Médico Mount Sinai (Nueva York): pueden aumentar los niveles naturales de oxitocina, un producto químico que ayuda a sentirse bien y a que las madres y los bebés sientan una unión especial.
Pero tienen que ser auténticos, “no puede ser abrazos distantes”, aseguró este psiquiatra.