Hemos revisado los resultados de más de una docena de ensayos aleatorizados sobre mascarillas y transmisión de enfermedades respiratorias. La mejor evidencia científica actual indica que usar una mascarilla para evitar infecciones respiratorias virales como el COVID-19 ofrece una protección mínima, si es que hay alguna.
Paul Glasziou, Profesor de Medicina y Chris Del Mar, Profesor de Salud Pública, Bond University. Abril 8, 2020.
¿El público debería usar mascarillas durante la pandemia de COVID-19? Es un tema controversial, donde diferentes países y autoridades entregan recomendaciones distintas.
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Hemos revisado los resultados de más de una docena de ensayos aleatorizados sobre mascarillas y transmisión de enfermedades respiratorias. Encontramos que la mejor evidencia actual indica que usar una mascarilla para evitar infecciones respiratorias virales como el COVID-19 ofrece una protección mínima, si es que existe.
Recomendaciones conflictivas
Dos de las principales organizaciones sanitarias del mundo discrepan sobre el uso de mascarillas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualmente desaconseja su uso:
No existe evidencia actual de que el uso de una mascarilla (ya sea médica o de otro tipo) por personas sanas en un contexto comunitario más amplio, incluyendo el uso comunitario universal, pueda impedir que se infecten con virus respiratorios, incluyendo el COVID-19.
La OMS sí recomienda mascarillas especiales (mascarillas N95 o equivalente), más alguna otra protección, para el personal de atención de salud que trabaja con personas que tienen, o se sospecha que tienen COVID-19.
En contraposición, los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos han recomendado recientemente que todos utilicen mascarilla. Sin embargo, esto no impide que las personas infectadas transmitan la infección ni impide que el propio usuario termine infectado.
¿Quién tiene la razón? ¿El uso de la mascarilla protege al usuario? ¿Protege a otros?
Entendamos la propagación
Para analizar esto, primero necesitamos entender la forma en que el coronavirus se propaga y cómo las mascarillas podrían detenerlo.

Existen varias vías de infección posibles. Una persona infectada puede toser, estornudar o respirar hasta una distancia de 2 metros a otra persona, y el virus se deposita en sus ojos, nariz o boca (1).
Otra vía es cuando la persona infectada tose o estornuda sobre sus manos o sobre una superficie. A continuación la persona no infectada saluda con la mano (2a) o toca la superficie (2b) y transfiere el virus a sus propios ojos, nariz o boca.
Es posible que una persona infectada también pueda toser o estornudar para crear una propagación por el aire (3) más allá de la zona de contacto cercano, pero existe controversia sobre si esta última vía es un medio de transmisión importante.
No sabemos el nivel de transmisión que existe para cada una de estas vías en caso del COVID-19. Tampoco está claro el nivel de protección que la mascarilla podría ofrecer en cada caso.
La mejor evidencia actual
Para resolver esta interrogante, analizamos 14 ensayos aleatorizados sobre el uso de mascarillas e infección para enfermedades similares a la influenza. (No existen ensayos aleatorizados que incluyan al propio COVID-19, así que lo mejor que podemos hacer es revisar las enfermedades similares).
Cuando combinamos los resultados de estos ensayos que estudiaron el efecto del uso versus el no uso de mascarillas en los trabajadores de atención de salud y la población general, no observamos que el usar mascarillas lleve a una reducción significativa de enfermedades tipo influenza. Sin embargo, los estudios fueron demasiado pequeños para descartar algún efecto menor de las mascarillas.
¿Por qué las mascarillas no protegen al usuario?
Existen varias razones posibles sobre el por qué las mascarillas no ofrecen una protección significativa. En primer lugar, las mascarillas tal vez no sirven de mucho sin protección ocular. A partir de experimentos de laboratorio y en animales, sabemos que la influenza u otros coronavirus pueden ingresar a los ojos y desplazarse a la nariz y al sistema respiratorio.
Aunque las máscaras estándar y especiales brindan protección incompleta, las máscaras especiales combinadas con guantes parecen brindar una protección completa en experimentos de laboratorio. Sin embargo, no existen estudios en situaciones del mundo real que midan los resultados de mascarilla y gafas combinados.
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El impacto mínimo aparente del uso de mascarillas también podría deberse a que las personas no las utilizaron de la manera adecuada. Por ejemplo, un estudio encontró que menos de la mitad de los participantes las usaron «la mayoría del tiempo». Las personas también podrían usar mascarillas en forma inadecuada o tocar una parte contaminada de la mascarilla al retirarla y transferir el virus a sus manos, ojos y también a la nariz.
Las mascarillas podrían brindar además una falsa sensación de seguridad, lo cual significa que los usuarios podrían realizar actividades de mayor riesgo, como acudir a espacios llenos de gente.
¿Las mascarillas protegen a otros?
¿Las mascarillas podrían proteger a otros del virus, el que podría haber sido propagado por el propio usuario? Un reciente estudio de laboratorio en Hong Kong encontró cierta evidencia que indica que las mascarillas podrían impedir la propagación del virus por el usuario.
Tomaron a personas con síntomas similares a la influenza, a la mitad de ellos le dieron mascarillas y a la otra mitad no, y durante 30 minutos recolectaron virus del aire que exhalaban, incluyendo la tos.
Las mascarillas sí redujeron la cantidad de gotas y partículas en aerosol que contenían cantidades detectables de virus. Pero sólo 17 de las 111 personas tenían un coronavirus, pero no era el coronavirus SARS-CoV-2. Aunque el estudio es promisorio, es necesario repetirlo con urgencia.
Además no sabemos cómo esta reducción de partículas en aerosol y gotas se traduce en la reducción de infecciones en el mundo real. Si existe algún efecto, se podría diluir por diversos factores, por ejemplo, las personas enfermas que no utilizan mascarilla y personas portadoras que no tienen síntomas, pero que aún contienen y propagan el virus.
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¿Mascarillas para algunos?
Si el uso de mascarillas no reduce significativamente la propagación de la infección a otros, ¿qué deberíamos hacer? Podríamos pedirle a todos aquellos con síntomas respiratorios que usen mascarillas en lugares públicos. Eso podría reforzar otras estrategias como el distanciamiento social, los exámenes y el seguimiento para reducir la transmisión.
Además de identificar a personas infectadas sin síntomas, podríamos pedirle a las personas usar mascarillas en espacios públicos cerrados. Al aire libre es más difícil, ya que la mayoría de las personas piensa que el riesgo es mínimo o nulo. Tal vez, a medida que reducimos las restricciones, las mascarillas podrían también ser necesarias en algunos eventos masivos al aire libre como los conciertos o los eventos deportivos.
Otra posibilidad es la regla “2 x 2”: si se encuentra en espacios abiertos y está dentro de la distancia de 2 metros a otra persona por más de 2 minutos, debería utilizar mascarilla.
El uso de mascarilla para personas posiblemente infectadas, para impedir la propagación de la infección, justifica una investigación rigurosa y rápida. Sería una alternativa o complemento al distanciamiento social, la higiene de manos, los exámenes y las cuarentenas.
Los autores agradecen a John Conly, Liz Dooley, Lubna Al-Ansary, Susan Michie y Amanda McCullough por sus comentarios.
Fuente: https://theconversation.com/should-everyone-be-wearing-face-masks-its-complicated-135548