En un mundo cada vez más exigente y acelerado – marcado por la digitalización, la polarización y la superficialidad – el desarrollo espiritual aparece hoy como una alternativa poderosa y necesaria para reconectarnos con lo profundo. El nuevo álbum de Rosalía, Lux, no es solo una obra musical más: es una búsqueda, un puente entre lo humano y lo divino, una invitación a la trascendencia que resuena con diversas tradiciones filosóficas y religiosas del mundo.
Un disco espiritual para tiempos contemporáneos
Según distintos análisis, Lux se alza como un “disco espiritual” donde Rosalía explora la fe, la luz interior y la transformación personal. Este proyecto no es una provocación superficial, sino un gesto artístico cargado de respeto: la propia cantante ha dicho que su obra nace desde el amor, con la intención de comprender su propio camino, su espiritualidad y abrirse al mundo bajo una nueva mirada.
Además, el álbum es una construcción desde lo lingüístico: Rosalía canta en 13 idiomas distintos, lo que simboliza su voluntad de “canalizar una mística femenina… inspirada en todo el mundo” según sus propias palabras. Este uso del lenguaje no es un simple adorno, sino que da voz a varias tradiciones espirituales y a figuras femeninas santas o sabias de distintas culturas.
Filosofías del mundo: los puentes espirituales
Aunque Lux no menciona directamente los Vedas o el taoísmo, las menciona como parte de sus investigaciones en la entrevista para Apple music, su espíritu dialoga con ideas universales presentes en muchas filosofías tales como:
- En los Vedas (tradición hindú), la búsqueda de la luz interior («jyoti», la LUZ) y de la unión con lo divino es central. Este anhelo de trascendencia y autoconocimiento se refleja en el viaje místico de Rosalía: un tránsito de lo terrenal a lo sagrado.
- En el Taoísmo, la armonía entre opuestos (yin y yang, lo material y lo espiritual) es fundamental. En canciones de Lux, Rosalía explora la dualidad entre el mundo humano (“sexo, violencia y llantas”) y lo divino, lo etéreo, lo eterno.
- Desde la tradición Cristiana, el simbolismo de la luz, del sacrificio, de la santidad femenina y la redención está muy presente: Rosalía alude a figuras místicas y religiosas, y su estética visual evoca actitudes de entrega y devoción.
Este diálogo entre tradiciones no es solo una fusión estética, sino una metáfora potente: en un mundo fragmentado, la música de Lux actúa como puente entre culturas, religiones y maneras de comprender lo sagrado.
Mujeres santas, sabias y poderosas
Uno de los ejes más fascinantes del álbum es la mirada de Rosalía hacia las mujeres santas y sabias. Según diferentes fuentes, muchas de las canciones están inspiradas en vidas femeninas históricas de carácter espiritual.
En su entrevista para Apple Music (disponible en Youtube), la cantante habla de que ha leído “historias y poesías de santas de todo el mundo” para conformar el imaginario de Lux. De esta manera, no solo rinde homenaje a figuras como Santa Olga de Kiev o Juana de Arco – referidas en sus letras e idiomas -, sino que invita a repensar la mística femenina: mujeres que, a través de su fe, su sabiduría o su entrega, ofrecen una visión espiritual distinta a la tradición masculina dominante.
Este giro femenino es clave para el desarrollo humano contemporáneo: en una época en que muchas estructuras de poder tradicionales están cuestionadas, el álbum propone una espiritualidad radicalmente inclusiva y empática, reconstruida desde la experiencia y la sensibilidad femenina.
Un puente cultural y espiritual para nuestra era
En la revista Omnes, se destaca cómo Rosalía se convierte en lo que en la antigua Roma se llamaba “pontifex maximus”: constructora de puentes entre lo humano y lo divino. Esa metáfora resume muy bien la misión del álbum: tender un lazo entre tradiciones, visiones y personas diversas, para generar una experiencia común de sentido.
Lux tiene un valor humano profundo: ofrece una alternativa al sentido de vacío que muchas personas sienten hoy. No propone un dogma cerrado, sino una invitación a explorar, a sentir, a reconciliar nuestra parte carnal y material con lo trascendente. Al hacerlo, no solo nos hace recorrer diversos géneros musicales (ópera, pop, electrónica, coros), sino también fronteras culturales y espirituales.
Hacia un renacer espiritual colectivo
En tiempos marcados por la exigencia, el ruido y lo instantáneo, la espiritualidad ya no es un lujo: es una necesidad. Rosalía, con Lux, nos entrega una obra artística que no solo canta, sino que interpela. Es un llamado a detenernos, a mirar hacia adentro, a reconocer la luz que llevamos y la red de sabiduría espiritual que podemos tejer juntos.
Pensamos que este, puede ser un momento perfecto para reflexionar sobre ¿cómo el arte contemporáneo – especialmente la obra de mujeres como Rosalía- puede ser una vía para reconectar con lo sagrado?, para unir visiones del mundo y para abrir camino hacia un desarrollo humano más profundo, más compasivo y más luminoso.







