«Reconozco mi otro yo, y al menguar ese otro yo, crezco y brillo».
Rayos y regentes: II, 4, 5, MERCURIO, VENUS
Meditación: Noche del martes 10 de junio
Luna Llena: Miércoles 11 de junio a las 07:44 horas
Revisa el vídeo explicativo aquí.
Torkom Saraydarian
Continuando con el ciclo de celebraciones más importantes de la luna llena, la madrugada del 11 de junio (noche del 10 de junio) tendremos el plenilunio del Festival de Cristo y Festival de la Humanidad, también conocido como el Festival de Buena Voluntad o el Día Mundial de Invocación.
Según las reflexiones del maestro Torkom Saraydarian (1), en la primera luna llena mayor, la Jerarquía recibe gran voltaje de la energía de la voluntad, mientras que en la segunda, absorbe la energía de la Iluminación. Ellos conservan estas energías en el cáliz de la Jerarquía, hasta que reciben la energía del amor en la tercera luna llena mayor.
Esto indica que sin Amor, el poder no es seguro; sin Amor, la luz puede usarse mal. A la seguridad, solo se la halla en el Amor, que necesita que la Voluntad y la Luz estén activos y sean protectores y radioactivos.
Un camino que tiene relación con nuestras elecciones, equilibrio y decisiones en torno a la luz y al bienestar. En su libro Sinfonía del Zodíaco Torkom Saraydarian explica que a Géminis lo forman dos grupos de estrellas, que forman dos columnas. Hace siglos, a estas dos columnas se las identificaba con dos hermanos que se llamaban Cástor y Pólux.
Según la leyenda, Cástor era mortal y Pólux inmortal. Eran griegos que se dirigieron a Italia para ayudar al comandante en jefe en sus muchas guerras, por lo que se construyó en el Foro un templo dedicado a ellos. Dice la leyenda que eran los protectores de marinos y viajeros, ya que calmaron una tempestad que impedía que las naves cargadas de trigo entraran en el puerto. Cuando calmaron la tormenta, la gente vio que las estrellas brillaban sobre sus cabezas.
También se los mencionaba en los ritos funerarios. Según la leyenda, en una de las guerras romanas, a Cástor lo hirieron y murió. Su hermano, Pólux, no se podía consolar por la pérdida de su hermano. Acudió a Júpiter y le pidió permiso para sacrificar su vida como rescate por su hermano, actitud que impresionó tanto al dios que le concedió a Cástor la inmortalidad y puso a ambos en los cielos como estrellas de la constelación de Géminis.
Cástor está formado por tres estrellas, que simbolizan el vehículo triple de la personalidad, y así se erige en el símbolo de la personalidad. Pólux simboliza al alma humana inmortal.
Dícese que durante los últimos 300 años, la luz de Cástor está en menguante y la luz de Pólux en creciente. Los astrólogos esotéricos creen que ésta es una señal que indica que la humanidad podrá resolver sus problemas de personalidad, entrar en la consciencia del Alma y fundar la fraternidad de la humanidad bajo la luz de los valores espirituales.
Dícese en un libro antiquísimo, llamado “El Viejo Comentario”: Cuando las fuerzas dobles de los hermanos cósmicos (Géminis) se conviertan en la energía de quien cabalga hacia la luz (Sagitario), entonces el cuarto se convierte en el quinto. La humanidad, el eslabón, se convierte en la Jerarquía, en la conferidora de todo bien. Entonces, se regocijan todos los hijos de Dios.
En astrología esotérica se expresa que la Tierra es la regente jerárquica de Géminis. Asimismo, la Tierra es la regente esotérica de Sagitario, el opuesto polar de Géminis. Estas son las dos únicas constelaciones que la Tierra rige. Dice el libro que “este hecho es de mayor significación, creando una situación insólita en el sistema solar y una relación Cósmica. La Línea cósmica de fuerza desde Géminis hasta Sagitario y a la inversa se relaciona subjetiva y esotéricamente con nuestra Tierra, garantizando así su desarrollo del alma, el desarrollo de la forma como una expresión de esa alma, y conduciendo a nuestra afligida humanidad sobre este atribulado planeta inevitablemente hacia la puerta misma de la iniciación en Capricornio.”
No es fácil la transición del alma humana en el individuo, como en el sentido mundial, del nivel de consciencia de la personalidad al del alma. Esto está teniendo lugar ahora en todo el planeta. La gente es traccionada entre Cástor y Pólux, entre personalidad y alma, valores egoístas y valores desinteresados, racismo, nacionalismo y fraternidad mundial. Este estado es responsable de todo lo que sucede en el planeta.
Géminis crea un conocimiento de la dualidad. Y esto está sucediendo en todo el planeta. La gente tiene conciencia de la dualidad. Para ella hay factores de sobrevivencia y muerte, pureza y contaminación, materia y espíritu, vida egoísta y vida desinteresada.
La gente es ahora consciente de que existe la personalidad, y algo más allá, el Yo transpersonal. Las personas son conscientes de que no son sus cuerpos, emociones y mente, sino algo más allá.
La gente está comprendiendo que una parte de la humanidad progresa y una parte degenera; una parte trabaja en favor del desarrollo progresivo y la otra se detiene. Así, la luz de Géminis revela dualidad.
El segundo cambio que Géminis trae a la humanidad es el poder de discriminación. La discriminación es la aptitud para convencerse de que ciertas cosas son beneficiosas y ciertas cosas dañinas.
El conocimiento de la dualidad es pasivo. La discriminación es una convicción mental, pero no necesariamente acción.
El tercer cambio que Géminis introduce en la consciencia de la humanidad es la aptitud para elegir, o tomar una decisión. Primero, tomamos consciencia de la dualidad; sabemos qué es bueno y qué es malo; luego tomamos partido y decidimos admitir uno y rechazar otro.
La Luz de Géminis ilumina gradualmente a la humanidad para que ésta efectúe una elección correcta: elección correcta no sólo en asuntos personales, sino también en negocios, sociedad y campos moral y espiritual. Luego de la elección correcta, Géminis ayuda a una persona a que tome consciencia de su propio Yo. La discriminación y la elección correcta conducen a un hombre a un punto de desarrollo en el que comprende que él es el Yo. El conocimiento del Yo crece poco a poco a medida que esa persona continúa efectuando elecciones correctas en su vida física, emocional y mental, en sus campos individual, grupal, nacional e internacional.
Al elegir el paso correcto, el sendero correcto, nos acercamos a nuestro Yo esencial y, a su tiempo, comprendemos que, en esencia, somos una fuente de belleza, bondad y verdad. Luego de comprender esto es que florece dentro de nosotros el sentido de la responsabilidad que nos conduce a una vida de servicio sacrificado. Sólo a través de una vida de sacrificio es que la belleza, la bondad y la verdad interiores nuestras fluyen a través de nuestros pensamientos, reacciones emotivas, palabras, actividades y planes. Y a medida que manifestamos belleza, bondad y verdad, nuestros vehículos de manifestación son inundados por la divinidad interior, y nos convertimos en una belleza viva en el mundo.
No es fácil la transición del alma humana en el individuo, como en el sentido mundial, del nivel de consciencia de la personalidad al del alma. Esto está teniendo lugar ahora en todo el planeta.
Cristo y la buena voluntad
Para este periodo de meditación la asociación Lucis Trust propone una reflexión en torno a las ideas de la esoterista y escritora inglesa Alice Bailey, donde la nota clave dada por el Tibetano para las energías de Géminis y el tercero de los tres festivales más importantes del año, el festival de Cristo, asociado al plenilunio de Géminis.
Según el Tibetano, dos factores principales determinarán el momento de la reaparición de Cristo. Primero, ese momento estará influenciado por los ciclos espirituales superiores, por la voluntad de Dios y por el impacto de energías que no podemos comprender. Segundo, y es lo más importante para nosotros, el momento de la reaparición estará influenciado en gran medida por la humanidad misma. La idea de que el momento del retorno de Cristo esté determinado a la vez por la voluntad de Dios y por la humanidad, indica que se tratará de un proceso de invocación y evocación, del mismo modo que el proceso de desarrollo espiritual que cada uno de nosotros experimenta como individuo.
La voluntad es la fuerza motriz y purificadora. Es evocadora y actúa hacia abajo, modelando el mundo físico según el propósito divino. El deseo espiritual es invocador y trabaja a partir del mundo material hacia arriba. Como individuos, conocemos ciclos de tensión y de confrontación con nuestros deseos materiales. A nosotros nos corresponde invocar a nuestro yo superior.
Lo mismo se aplica a la humanidad: es la atracción masiva y magnética de la humanidad la que produce nuestra evolución en una vuelta superior de la espiral. De la misma manera que un discípulo vive un gran conflicto entre el Guardián del Umbral y el Angel Solar, ası́ la humanidad también vive un gran conflicto entre el Guardián del Umbral y el Angel Solar.
Alice Bailey nos habla del retorno de Cristo desde alrededor de los años 40 del siglo pasado, es decir, desde hace más de 80 años. Entonces ¿por qué Cristo no ha reaparecido aún? Evidentemente no tengo la respuesta completa a esta pregunta, pero el Tibetano cita, entre otros, tres obstáculos para la reaparición de Cristo: la inercia del aspirante medio, la falta de valor y, finalmente, el materialismo individual.
El problema de la inercia tiene su origen en una especie de depresión, la sensación de que estamos rodeados de una humanidad fallida. Los medios de comunicación nos bombardean con noticias negativas y las redes sociales polarizadas a veces dan la impresión de que no hay esperanza para el futuro de la humanidad. Todos deseamos hacer el bien y contribuir a un futuro mejor para la humanidad, pero a menudo parece que nuestra contribución individual es minúscula y fútil, por lo que nos concentramos en nuestra familia y nuestro trabajo, quizás hacemos alguna contribución financiera aquı́ y allá, o participamos en una actividad voluntaria.
La voluntad es la fuerza motriz y purificadora. Es evocadora y actúa hacia abajo, modelando el mundo físico según el propósito divino.
Esta inercia debe transformarse en actividad. Cada uno de nosotros puede encontrar la manera de traducir el deseo espiritual en acción. Podemos utilizar la meditación para concentrar nuestras energı́as, elevar nuestra conciencia y reforzar nuestro optimismo y nuestro amor por la humanidad. Gracias a la meditación individual y colectiva podemos vitalizar las formas mentales que favorecen la evolución de la humanidad. Podemos evaluar nuestra vida cotidiana y tratar de eliminar las actividades y los hábitos que obstaculizan nuestro progreso espiritual. A veces lo que alimenta esta inercia es la falta de valor.
El Tibetano cita la cualidad del valor como una cualidad que debe ser desarrollada en cada uno de nosotros. El mensaje básico es que no podemos sentarnos a meditar en la cima de una montaña mientras la humanidad atraviesa conflictos y crisis que forman parte de nuestro proceso evolutivo. Si bien la meditación, como ejercicio de construcción de una forma mental, tiene un poder real, aun así, debemos implicarnos y actuar en el plano físico. A veces esto nos saca de nuestra zona de confort, lo que en efecto exige valor. Quizá tengamos que implicarnos en una actividad que es contraria a nuestra naturaleza introvertida.
El Tibetano también describe el dinero y el materialismo individual como un gran obstáculo para el retorno de Cristo. Esta es, por supuesto, la razón de nuestra meditación del domingo para atraer dinero con fines jerárquicos. El dinero es una energía. Nuestro materialismo individual y colectivo desvía esta energía de las prioridades jerárquicas. Basta con observar la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, y los presupuestos que destinamos a gadgets y objetos materiales.
Existen pues medidas que podemos tomar como individuos, pero quizá lo más importante es darnos cuenta de que no estamos solos. Como individuos, podemos trabajar con grupos de personas que comparten las mismas ideas para transformar nuestros esfuerzos individuales en una fuerza poderosa. El poder del pensamiento grupal es algo de lo que todos estamos convencidos. El pensamiento es una energía, y gran parte de los obstáculos que impiden la reaparición de Cristo, son formas mentales grupales que alimentan el separatismo y el materialismo de nuestro mundo moderno.
El aspecto Voluntad funciona gracias al amor, y trabajando juntos en un espíritu de amor, podemos crear esa fuerza magnética que invocará a Cristo y a sus colaboradores para llevar a cabo este gran acercamiento.
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Fuentes:
- Sinfonía del Zodíaco” de Torkom Saraydarian
- https://www.lucistrust.org/uploads/es/arcaneschool/FMT-2024_GNB_Geminis.pdf